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Viaja un siglo atrás y adéntrate en el Buque de los Sueños. En su interior, las vidas y las historias de las 2,208 personas que depositaron sus ilusiones, sus esperanzas y sus anhelos en él. Conoce de su propia mano esta travesía que ya es eterna, conoce la Verdadera Historia del Titanic.


lunes, 1 de junio de 2015

El misterio de la familia Allison

Esta entrada es el resultado de mucho tiempo de investigación y recopilación de datos, que me han llevado a tener las conclusiones que expondré a lo largo de este artículo. En ningún momento afirmo o aseguro que lo que aquí esté reflejado sea una verdad absoluta o inamovible. Creo firmemente en que la magia del Titanic reside precisamente en esa incertidumbre sobre lo que realmente pudo ocurrir y cómo ocurrió.  

Me encantaría que si tras leer este artículo hubiese alguna persona con otras teorías, se pusiera en contacto conmigo. Mi intención principal a la hora de investigar a los pasajeros y tripulantes del Titanic es acercarme a la verdad lo máximo que pueda y siempre valoro las opiniones que difieren de la mía, es como se aprende y se reafirma uno en las suyas, además de enriquecerlas. Sin más dilación, vamos con ello.

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EL matrimonio Allison era inmensamente feliz. Desde hacía bastante tiempo todo les había salido tal y como lo iban planeando.  Ahora, tras un viaje muy especial para ellos a Londres, Hudson y Bess regresaban a casa con sus dos hijos, Loraine y Trevor. Nada podría presagiar que su suerte estaba a punto de cambiar.

Se habían conocido en el año 1,907 coincidiendo en un tren con la ruta Winnipeg-Montreal. Él se encontraba allí por un viaje de negocios, ella volvía a casa tras visitar a un primo. Pronto surgiría la chispa. Ambos hablaron durante el trayecto y allí mismo intercambiaron las direcciones para mantener el contacto. A los pocos meses Hudson Allison había decidido que Bess Daniels era la mujer con la que quería pasar el resto de su vida y los jóvenes se prometieron. A pesar de su dicha, los padres de Bess, Arville y Sarah Daniels,  creían que Hudson no era el candidato adecuado para casarse con su hija. Posiblemente uno de los motivos de su reticencia se debiese a que la nacionalidad de él fuese canadiense y no estadounidense como la de ella. Aún así, el 9 de diciembre de 1,908 Hudson y Bess se casaron en Milwaukee, Wisconsin, el lugar de nacimiento de ella. La boda se celebró curiosamente el día en que él cumplía 26 años. La radiante novia tenía 21. Es probable que el lugar escogido para la ceremonia fuese elegido con el propósito de contentar a los padres de Bess.
Hudson y Bess Allison en una fotografía que, se cree, es de su boda


Tarjeta de la compañía de Johnston, 
McConnell y Allison y sus tres socios
Tras unos meses afincados en Wisconsin, la pareja se trasladaría definitivamente a Montreal, Quebec, Canadá, donde Hudson había conseguido hacerse socio de la compañía de corretaje y agentes de bolsa de su tío George “Frank” y John McConnell. Le empresa pasaría a llamarse Johnston, McConnell y Allison. Esta afiliación sería un grandísimo éxito para el matrimonio Allison que conseguiría duplicar su fortuna. A los tres hombres se les consideraba auténticas celebridades en el mundo de las finanzas canadienses y serían conocidos como “la mafia metodista de Montreal”.



Fotografía poco frecuente de Bess
Allison con su hija Loraine
A finales de 1,908 Bess descubre que está embarazada y pletórica le comunica la noticia a su marido. Este acontecimiento, muy esperado por ambos, les cambiaría la vida.
A principios de 1,909, entusiasmados por el próximo nacimiento de su primer y anhelado hijo, Hudson y Bess comienzan las obras del que sería su hogar definitivo. La mansión estaría situada en el 464 de Roslynt Avenue, en Westmount, Montreal y allí se mudarían a finales de 1,911.
Por fin, el 5 de junio de 1,909 nace Helen Loraine Allison, la primera hija del matrimonio. Sería conocida por todos como Loraine. La pequeña colmaría la felicidad de sus padres y la atenderían con mimos y atenciones. Bess se dedicaría enteramente desde entonces a su cuidado.




Trevor y Loraine Allison


A finales de 1,910 un nuevo embarazo sorprende a la familia que, entusiasmada, espera con impaciencia al nuevo miembro. El 7 de mayo de 1,911 el ansiado varón llegaría. Hudson Trevor Allison, que sería llamado simplemente Trevor, fue recibido con la mayor de las alegrías. Para Hudson y Bess todo era absolutamente perfecto.


El matrimonio se esforzaría desde el primer momento en implicar a los niños en sus creencias. Ambos eran fervientes devotos de la religión metodista y solían participar en charlas sobre la biblia en la escuela dominical. Eran considerados por todos como una pareja amable, bondadosa y solidaria, valores que ellos apreciaban mucho y que intentaría inculcar a sus hijos.






Para Bess, Loraine y Trevor eran la razón de su existencia. Se dedicaba a ellos en cuerpo y alma, siendo una madre muy protectora y cariñosa con los dos. Se sentía muy orgullosa de su labor y era feliz ejerciendo sus tareas con los dos pequeños. 

Mientras tanto Hudson continuaba con sus negocios y debía viajar en varias ocasiones, sin embargo siempre procuraba que su familia lo acompañase. Detestaba dejar a Bess y los niños, para él la familia estaba por encima de todo, aunque de vez en cuando hacía escapadas a su granja “Allison Stock Farm” que había adquirido con sus dos hermanos, William y George, tras la muerte de su padre. Le apasionaban los caballos, sobre todo los clydesdale, y él mismo se encargaba de su crianza y adiestramiento, llegando a participar y ganar en varias competiciones equinas. También poseían varias vacas holstein o frisonas, reses procedentes de Holanda que eran muy caras. Con el tiempo la “Allison Stock Farm” consiguió tener ejemplares por valor de más de $100.000 y muy demandados por los entendidos. A pesar de que a Bess no le entusiasmaba nada este lugar, Hudson pasaría gran parte de su tiempo libre allí, aunque lo iría reduciendo tras el nacimiento de Trevor.


Bess y Hudson Allison
Ya en 1,912, Hudson consigue un prometedor acuerdo en Londres con la Compañía Británica de Madera y tiene que viajar de nuevo a Londres. Su última partida fue sin su esposa, ya que se encontraba en avanzado estado de gestación de su segundo hijo y por ello tan sólo había estado el tiempo necesario en Gran Bretaña. Sin embargo, en esta ocasión podría hacerlo con la compañía de Bess y los dos niños, por lo que este viaje sería por negocios y también por placer. Les acompañaría el matrimonio McBrides, amigos de los Allison.

Fotografía familiar de una orgullosa Bess Allison,
acompañada de sus dos hijos,
 Loraine se encuentra de pie
 y Trevor sentado en sus rodillas
En Londres todos se alojan en el 125 de Abbey Road, donde normalmente los Allison pasan sus estancias en Inglaterra. Tras unas semanas allí, los McBrides deciden volver a casa en marzo. En un principio Hudson, Bess y los niños iban a acompañarlos, pero finalmente se quedaron en Londres para celebrar el bautizo de Trevor en un lugar muy especial para ellos. Este hecho cambiaría sus vidas para siempre, ya que supondría el retraso de su regreso a Canadá y les llevaría directamente al Titanic.
El 29 de marzo de 1,912 Trevor Allison es bautizado en la Iglesia Metodista de Epworth, donde su fundador John Wesley había predicado. Para el matrimonio fue un momento muy emotivo. Era muy importante para ellos que su hijo fuese entregado a Dios en este lugar en concreto y ambos se sintieron muy satisfechos con el acto.





Pocos días antes de regresar a casa, toda la familia estuvo unos días en Escocia, donde comprarían varios muebles del gusto de Bess para adornar la nueva casa. También adquirieron varias reses y caballos del prestigioso criador William Montgomery para la granja “Allison Stock Farm” que serían enviados a Canadá al mes siguiente. La pequeña Loraine eligió los ejemplares equinos junto a su padre. Hudson estaba encantado de inculcar a su hija su amor por los animales y disfrutaría mucho de este momento.


Un ejemplar equino clydesdale, igual a los que adquirió Hudson Allison en Escocia, poco antes de partir rumbo a Canadá
Su vuelta a casa estaba muy próxima y los Allison decidieron contratar a cuatro empleados antes de partir. Éstos viajarían con ellos a Montreal y trabajarían en su recién estrenada casa. Posiblemente el hecho de coger a parte del servicio en Inglaterra se debiese, quizás, a la buena fama de sus modales y su carácter estricto, pulcro y puntal. El matrimonio valoraba mucho estas cualidades. Sarah Daniels sería la doncella de Bess, George Swane el chófer de Hudson, Mildred Brown la cocinera de la familia y Alice Cleaver la niñera de los dos pequeños, que ayudaría a Bess en la crianza de los niños.    


Alice Cleaver y Amelia Mary "Mildred" Brown

En varias publicaciones se ha asegurado que Alice fue asignada demasiado rápido por falta de tiempo para elegir y que Bess no estaba del todo convencida de sus habilidades. Esto es posiblemente falso, un mito más que ha ido forjando el tiempo para dar veracidad y justificación al linchamiento público que la niñera sufriría más adelante. A parte de que Alice tenía bastante experiencia como nanny, es bastante improbable que Bess Allison, completamente entregada a sus hijos, contratase finalmente a una persona que no le agradaba o que no le transmitiese la suficiente confianza como para dejar a sus más preciados tesoros a su cargo. No debemos olvidar el carácter de Bess para con sus niños, cariñoso y sobreprotector. Aún así, si esto sucedió o no simplemente no podemos saberlo, aunque sigo creyendo que sólo se trata de un bulo.

Varias fuentes confirman que la familia Allison y sus cuatro empleados iban a viajar en otro barco para volver a casa, sin embargo, como en muchas otras historias relacionadas con el Titanic, el destino fue más fuerte. Se enteraron de que varios de sus conocidos iban a estar a bordo del nuevo y recién estrenado buque de la White Star Line en su viaje inaugural, por lo que decidieron cambiar sus pasajes para poder coincidir con ellos. Estos conocidos serían, probablemente Thomson Beattie y Mark Fortune, canadienses y antiguos colegas de Hudson durante su estancia en Winnipeg. También el Mayor Arthur Peuchen, natural de Toronto, Harry Molson y Charles Hays, de Montreal y el gran amigo de su cuñado George Allison, John Jacob Astor
Finalmente las circunstancias harían que el miércoles 10 de abril de 1,912 toda la familia y el servicio embarcase en el Titanic en el puerto de Southampton. Seguramente la pequeña Loraine, de casi tres años, se quedase encantada con la belleza del buque. Su orgullosa madre se lo enseñaría feliz.

El matrimonio, los niños, la doncella Sarah Daniels y la niñera Alice Cleaver se alojan en tres camarotes de primera clase en la cubierta C, concretamente el C 22,24 y 26, situados en el costado de babor por proa. Hudson y Bess ocuparían el primero, Sarah y Loraine el segundo, y Alice y Trevor el último. Es posible que los niños se quedasen juntos en el segundo, aunque no podemos saberlo.


En rojo se señalan los tres camarotes que ocuparía la familia Allison

Por su parte George Swane, el chófer y Mildred Brown, la cocinera, estarían en segunda clase, ya que sus servicios no serían requeridos durante el viaje. Ambos estuvieron en la cubierta F, Mildred en el F 33 y George en un camarote muy cercano a éste. Aunque se desconoce cuál es con exactitud, es posible que se tratase del F 41, colindando al F 33.



Ubicación del camarote F 33, que ocupó Mildred Brown y el posible camarote de George Swane
El hecho de que parte del servicio se alojase en segunda clase fuese, posiblemente, otra de las claves de lo que sucedería la noche del hundimiento, pero vayamos paso a paso.

La travesía en el Titanic era todo un lujo. Hudson y Bess disfrutarían de magníficas cenas en el comedor de primera clase y seguramente conversarían con varios de los pasajeros más ilustres del barco. Daisy Spedden, también pasajera de primera clase, nos revela en su testimonio que Bess y ella pasaron varios ratos charlando en el café Verandah, situado a ambos costados de estribor y babor por popa. Recordó haber contemplado a su hijo de 6 años Douglas jugar correteando por allí con la pequeña Loraine, de la que su madre apenas se separaba.


Arriba a la izquierda el pequeño Douglas Spedden. Arriba a la derecha Loraine Allison. Abajo una fotografía de cómo sería el café Verandah and Palm Court del Titanic, tomada a su hermano gemelo el Olympic
El domingo 14 de abril de 1,912 toda la familia asistiría a una misa presidida  por el mismísimo Capitán Smith, donde se cantaría el ya famoso himno Eternal Father, un himno que contiene frases como “Oh, hear us when we cry to Thee, for those in peril on the sea” (Oh, escúchanos cuando te clamamos, por todos aquellos que tienen peligro en el mar), sin duda toda una ironía para lo que estaba a punto de ocurrir apenas unas horas después.


El himno "Eternal Father" cantado ese domingo 14 de abril de 1,912 a bordo del Titanic

Esa noche el matrimonio Allison cena en el gran comedor junto a Harry Molson y Arthur Peuchen. Tras magnífica comida y una agradable sobremesa, Bess le enseña a su hija Loraine algunos detalles de la impresionante sala. Además se deshace en carantoñas con la pequeña y no duda en presumir de su encanto con todo aquel que quiera escucharla. Estaba completamente enamorada de sus hijos y eso se demostraba en cada una de sus palabras y gestos. Eran toda su vida. A continuación los dos se retiran a su camarote. Es posible que Loraine insistiese esa noche en dormir junto a su madre, lo que nos sugiere que era una costumbre tradicional para ellas. Se desconoce si finalmente la niña se metió o no con sus padres en la cama.

Son las 23,40 cuando el Titanic colisiona con un iceberg. Los testimonios del servicio de los Allison nos dan a entender el matrimonio no percibió el golpe causado por el gigante de hielo. Alice Cleaver, la niñera lo describió de este modo en una carta escrita a Walter Lord, el escritor de la magnífica obra A night to remember (Una noche para recordar, que en castellano se comercializó como La última noche del Titanic).

“Yo era la niñera de la familia. Sentí el temblor e intenté persuadir al señor Allison para que fuese a investigar lo ocurrido. Ellos no habían notado nada y llegué a pensar que sólo eran imaginaciones mías”.

Sarah Daniels, la doncella, dijo lo siguiente al respecto.

“Yo ni siquiera me había dado cuenta de que los motores se habían detenido, cuando una camarera entró en mi cabina y me dijo que debía vestirme. Estaba tan agotada que en cuanto ella se fue, volvía a meterme en la cama. Mas al poco rato comenzaron a llamar de nuevo a la puerta y finalmente me levanté y me vestí”.

Estos relatos nos revelan que tras el fatídico choque, dos miembros de la tripulación acudieron a los camarotes de los Allison para informarles de que debían levantarse, abrigarse y ponerse los chalecos salvavidas. Posiblemente tras esta segunda llamada, Sarah y Alice fueron directas a la cabina del matrimonio para insistir en que algo estaba pasando. Hudson las escuchó con tranquilidad, dando rienda a su carácter sereno y calmado. Sin embargo tras valorar sus comentarios se molestó, puesto que no creía que pasase nada en absoluto y consideró que habían sido despertados sin ningún motivo. Los niños seguían durmiendo. Sarah Daniels, inquieta, le pidió a Alice Cleaver que le acompañase a la cubierta para investigar, pero la niñera se negó. Finalmente Sarah se marchó sola. A Hudson esta actitud le resultó incluso divertida, él no entendía la alarma que la doncella tenía, lo que nos muestra la confianza absoluta que se tenía entonces ante un buque como el Titanic.
Alice Cleaver describió así los siguientes sucesos,

Tiempo después los motores se detuvieron y él decidió ir a mirar qué problema había. Mientras el señor estaba fuera, un miembro de la tripulación dijo que debíamos subir a un bote por lo que empecé a preparar a los niños.
La señora Allison estaba tan nerviosa que la tuve que ayudar a vestirse. Traté de tranquilizarla”.

Es posible que tras haberse ido Sarah, Hudson comprendiese pronto que realmente había ocurrido algo serio y se retirase entonces a investigar. El hecho de ver que su marido se marchaba también, consiguió que Bess empezase a estar nerviosa. Alice desvela que mientras Hudson estaba intentando averiguar qué es lo que pasaba, un mayordomo les informó de que debían subir a la cubierta de botes. La niñera también empezó a preocuparse pero intentó calmar a Bess, que estaba ya a punto de rozar la histeria. Le ayudó a ponerse unas enaguas, un blusón y un abrigo de pieles.

Al cabo de una hora el señor Allison regresó y un oficial y él se quedaron hablando a la puerta del camarote. Él nos aconsejó subir a la cubierta de botes.
El señor Allison estaba muy aturdido, casi no podía hablar. Le serví una copa de brandy y le dije que se encargase de la niña y su esposa, que yo me ocuparía del bebé”.

Hudson no tardaría una hora en realidad, quizás sí 20 minutos y lo situamos sobre las 00,25-00,30. Gracias a este relato podemos saber que tras regresar al camarote, él ya estaba realmente preocupado y Alice Cleaver le sirvió una copa de brandy para que pudiera relajarse un poco. En este punto Bess Allison se encontraba ya fuera de sí y apenas podían pensar con claridad. Viendo posiblemente que ninguno de los iba a tomar las riendas de la situación, la niñera les propuso ir a buscar a George Swane y Mildred Brown con la intención de reunirlos a todos y poder salir a la cubierta para buscar un bote. Al matrimonio le pareció bien la propuesta, sin embargo se negaron a dejar que ella se fuese con el niño como había sugerido. Se quedarían esperando en el camarote a que Alice regresara. Nunca hubieran permitido separarse de Loraine y Trevor, y mucho menos en una situación así. Seguramente durante este tiempo Bess despertase a sus hijos y les preparase para acudir al exterior.


Ilustración que representa a Sarah Daniels charlando con Bess Allison, mientras los dos pequeños duermen en una cama
Son alrededor de las 00,50 de la madrugada. Ya prácticamente todo el buque es conocedor de lo que está pasando y el pánico empieza a acrecentarse entre el pasaje. En segunda clase, una gran multitud de personas nerviosas se agolparía ya por los pasillos. Esto impediría que Alice Cleaver pudiese encontrar a sus dos compañeros y finalmente sólo consiguió dar con el chófer, George Swane, con el cual se dirigió a la cabina de los Allison. Alice describió así lo que hicieron tras encontrarse con sus jefes.

“Abrigué al niño y nos dirigimos todos juntos, la familia y el resto de empleados, a la cubierta para abandonar la nave. En un momento de confusión por no saber a dónde o por dónde ir nos desperdigamos”.

Ya era muy entrada la noche y la tragedia estaba muy avanzada cuando finalmente todo el grupo, a excepción de Mildred Brown, a quien no habían podido encontrar y de Sarah Daniels, que se había retirado antes, llegó a la cubierta de botes. Bess estaría entonces completamente histérica y muy nerviosa, hacía tan sólo unos minutos estaba en la cama, quizás contándole a su marido los nuevos avances de sus hijos. Ahora apenas podía mantenerse en pie, no sabía qué hacer, no podía pensar y esta actitud dificultaría muchísimo que pudieran encontrar una solución. Alice Cleaver de nuevo cogió las riendas de la situación y sostuvo al pequeño Trevor en sus brazos, sin embargo Bess sí continuó dándole la mano a Loraine que, seguramente asustada y con sueño, no querría separarse de su madre. 
Debido a la multitud, al nerviosismo y seguramente al caos reinante, el grupo se dispersó quedando por un lado Hudson, Bess y Loraine, y por el otro George, Alice y Trevor. Cuando quisieron darse cuenta de esto ya era demasiado tarde.


La zona verde es donde, posiblemente, el grupo acabó por dispersarse definitivamente
Varios testigos sitúan en este momento a Bess y Hudson esperando al bote 6, que se encontraba en babor más o menos sobre la 1,05 de la madrugada. Esto nos lleva a pensar que posiblemente fuese esta la zona donde perdieron de vista a los dos empleados y al bebé. Sarah Daniels, la doncella, declararía en el Chicago Daily Tribune del 20 de abril de 1,912 lo siguiente al respecto.

“La señora Allison se negó a irse del barco sin su marido. Ella estaba a punto de embarcar en el bote 6, pero al negarle el paso a su esposo decidió quedarse con  él”.

Ilustración que representa a Bess Allison con su hija Loraine en brazos y
su esposo Hudson durante la terrible madrugada del
14 al 15 de abril de 1.912, la que sería su última noche
Este relato fue el que Sarah, que estaba en el salvavidas número 8, le dio a la hermana de Bess. Este bote salió unos 10 minutos antes que el 6 y estaba justo al lado, por lo que es posible que pudiese ver lo que cuenta.  
Casi con total certeza el motivo de Bess para no irse finalmente en el bote no sería sólo el abandonar a su esposo, si no el hecho de no saber dónde estaba su bebé, que le sumiría en un nerviosismo total.
Sarah también aseguró que los últimos recuerdos que tenía de Bess eran de verla besar y rodear a su esposo con el brazo mientras Loraine se aferraba a su falda. Esta escena pudo darse realmente cuando el matrimonio se despedía antes de que ella y la niña fueran a embarcar al bote 6.



La doncella continuó así su testimonio.

“Ella no paraba de repetir que la vida sin él no tendría sentido, lo abrazó con un brazo y se alejaron de allí. Lo último que vi de ella es que le dio un beso a su esposo. Su hija se agarraba a su falda mientras el agua se acercaba a ellos y el barco se iba a pique”.

Esto seguramente no sea cierto. En este momento Bess Allison se encontraba fuera de sí y se sabe, por otros testimonios que expondremos a continuación, que Hudson no se quedó a ver cómo el bote era bajado. Probablemente la doncella intentase calmar el dolor de Mabel y su familia y adulteró un poco la realidad pintándoles una escena romántica para apaciguarles. También cabe la posibilidad de que el periódico que publicó estas declaraciones, el Manitoba Free Press, sucumbiendo al amarillismo típico de la época, las adornase.

Por el testimonio del pasajero de primera clase y conocido de los Allison, Arthur Peuchen, se puede extraer que Bess sí montó en el bote 6, donde él mismo estaba y que, como Sarah contó, la mujer se había bajado.

“Alguien le dijo a la señora Allison que Hudson estaba al otro lado del barco buscando un bote y ella y su pequeña se fueron corriendo hacía allí. Según creo, llegó al otro lado pero no encontró a su marido. Entonces nuestro bote salvavidas fue bajado. Como no encontraba a Hudson ni a su hijo, Bessie cogió de la mano a Loraine y un oficial les informó de que había aun botes, pero cuando llegaron quedaban tan sólo unos pocos, entre ellos un desplegable que se hundió con el barco. Lo que más recuerdo de aquello fue su angustiado rostro y la inocente cara de la pequeña. Fue horrible, estremecedor”.

Gracias a estas declaraciones deducimos que una vez montó a su esposa en el bote, Hudson se marchó, seguramente a continuar buscando a Trevor. Bess Allison, terriblemente angustiada, decidió salirse de él con su hija. Según Peuchen la mujer se dirigió con la niña hacia el costado de estribor casi con total probabilidad con la intención de encontrar a su hijo y ahora también a su marido.

Por su parte Edwina Troutt, una pasajera de segunda clase de 27 años, afirmó haber visto a Bess Allison muy nerviosa y gritando histérica que no encontraba a su bebé. También aseguró que Loraine se encontraba a su lado y que miraba fascinada cómo las bengalas iluminaban la noche. Una escena de la película “Titanic” de James Cameron nos muestra como una niña contempla cómo las luces de las bengalas explotan en el cielo.

Teniendo en cuenta que Edwina fue rescatada en el bote 16 que salió más o menos sobre la 1,15-1,20 de la madrugada, podemos concluir que esta escena se produjo una vez que Bess se salió del bote 6 con su hija y que pudo no haber ido a estribor como Peuchen aseguró, si no que recorrió el costado de babor, ya que allí es donde Troutt subió a su salvavidas. Sin embargo no se puede afirmar hacia dónde se dirigió realmente Bess. El nerviosismo y la histeria seguramente la hicieran dar vueltas sin control.

Existen versiones que aseguran que Bess llevaba una fotografía de sus hijos y que iba enseñándosela a los pasajeros preguntando por su bebé mientras recorría nerviosa la cubierta. Se desconoce con rotundidad si esto realmente ocurrió o si sólo fue fruto del mismo mito. Posiblemente sea así.

Mientras tanto Alice Cleaver, con Trevor en brazos, y George Swane intentaban sin resultados encontrar al matrimonio. Acabaron en la zona de estribor donde comprendieron que no iban a ser capaces de dar con los Allison. La propia niñera describió así este momento.

“Al llegar me vi prácticamente arrastrada al bote 11. Me enteré por un empleado (George Swane) que la señora Allison estaba completamente fuera de sí, sumida en la histeria y que su esposo no podía calmarla. Supongo que por ello perdieron la vida, ya que no había mucho espacio en los botes salvavidas y la gente se negaba a subir creyendo que el barco era más seguro”.

Son alrededor de la 1,35-1,40 de la madrugada y ya no quedan muchas mujeres y niños por la cubierta, por lo que es posible que algún miembro de la tripulación llevase a Alice y al pequeño Trevor casi a la fuerza.

Teniendo en cuenta que estas declaraciones se hicieron varios años después del hundimiento del Titanic, no podemos tomarnos al pie de la letra lo que dice Alice y más sabiendo lo vilipendiada que fue tras la tragedia. Seguramente la intención de George Swane cuando le recordó el estado de la señora Allison, fue ponerla a salvo. Él sabía que la histeria de Bess no era nada positiva en esa situación y que si la niñera continuaba esperándola sólo conseguiría perder la oportunidad de subir a un bote y ponerse a salvo.
Trevor Allison en brazos de su niñera,
Alice Cleaver

Alice accedió finalmente montar, mas no sin antes asegurarse de que avisarían  a Bess Allison de su paradero. George le prometió entonces de que informaría al matrimonio. William Faulkner, un mayordomo de los camarotes, ayudó a Alice a subir y después le entregó al bebé. Tras ello él mismo subió en el bote.

El hecho de que Faulkner subiese al salvavidas nos lleva a pensar que quizás George también pudo hacerlo, pero prefirió darle calma a la niñera con la promesa de buscar a los Allison. Seguramente el joven era más que consciente de que el buque estaba hundiéndose pero, o bien por una confianza errónea de tener más oportunidades de salvamento, o bien porque sabía que si no le aseguraba a Alice que encontraría al matrimonio ella no subiría y por tanto no se salvaría, decidió valientemente cumplir su juramento.




George Swane vio como el bote 11, uno de los más llenos, descendía por la zona de estribor. Mildred Brown, la otra empleada de los Allison que se alojaba en segunda clase, también iba en él junto con su compañera de camarote Elizabeth Nye y, sin saberlo, se reencontró allí con Alice. Si George  finalmente consiguió dar con el matrimonio Allison para comunicarles la partida de su bebé con la niñera es todo un misterio. Seguramente no lo consiguiera.

A partir de este punto nada más se sabe de Hudson, Bess, Loraine o George. Ya no existen testimonios donde se les nombre para poder formar una teoría verídica, por lo que los siguientes hechos sólo pueden ser puras hipótesis de lo que pudo ocurrir. Tenemos varias opciones.                       

La primera es que Bess y Loraine consiguiesen encontrar a Hudson y los tres juntos afrontaran los últimos momentos antes de que el buque se hundiese, sin rendirse en su empeño de dar con Trevor.

La segunda nos da la posibilidad, seguramente bastante improbable, de que George encontrase al matrimonio y les dijese dónde se encontraba su hijo.

La tercera opción, seguramente la más realista y dura, nos lleva a que probablemente Bess no pudo volver a reunirse con su marido y se vio sola, completamente histérica y con una niña de dos años asustada a su lado. Teniendo en cuenta su personalidad, seguramente en estos últimos instantes, Bess consiguiese encontrar la calma al darse cuenta de que la vida de su hija estaba en sus manos. Poniendo como verídico el testimonio de Peuchen y contando con que ella se fuese al otro lado del buque, es posible que se quedase esperando a que el plegable A fuese lanzado. Pero dicho bote nunca llegó a arriarse correctamente y sobre las 2,10 simplemente quedó flotando semi inundado en el mar cuando varios hombres consiguieron desatarlo. Quizás Bess y Loraine consiguieran asirse a él con dificultad, pero con la niña no era fácil mantenerse allí. Ya el caos era reinante y según varios testimonios, como el de Carl Olof Jansson, pasajero de tercera clase, en dicho plegable existió una lucha por la supervivencia que seguramente Bess no pudo ganar. Además debemos tener en cuenta que posiblemente el hundimiento causó un oleaje que movería el bote bruscamente, por lo que la dificultad era aún mayor.
Situamos pues a la mujer y la niña ya en el agua, tras haber caído del plegable. En ese momento las ventanas explosionan mientras la proa del Titanic sucumbe al mar. Es posible Bess y la pequeña fueron entonces absorbidas por ellas y exhalaran así sus últimos alientos de vida. Esto explicaría por qué sus cuerpos no fueron hallados, aunque tan sólo es una teoría más de las miles que pudieron suceder.

Hudson posiblemente intentaría hasta los últimos momentos encontrar a Trevor, convencido seguramente de que su esposa y Loraine estaban a salvo. Es probable que nunca supiese que se habían llegado a bajar, aunque quizás alguien pudo informarle, nunca lo sabremos. Se lanzaría al agua cuando comprendió que nada más podía hacer.

George Swane también se encontraría en la tesitura de hallar a sus jefes y comunicarles dónde estaba su bebé, pero es prácticamente imposible que lo consiguiese. Como Hudson, se lanzaría al mar en los últimos momentos, como única esperanza de salvar la vida. Ninguno lo conseguiría.

Hudson, Bess, Loraine y George serían cuatro de las 1,496 víctimas que tendría la tragedia del Titanic. La pequeña Loraine fue la única niña de primera clase que falleció. Bess, una de las cuatro mujeres de primera clase que junto a Ann Isham, Edith Evans e Ida Straus, perdieron la vida.
Los cadáveres de ambos hombres serían encontrados días después. Hudson Allison fue enterrado en el cementerio de Maple Ridge, en Chesterville, Ontario, Canadá, en el panteón familiar. En lápida también figura el nombre de Bess  y Loraine, cuyos cuerpos nunca serían hallados. George Swane se encuentra enterrado en el llamado cementerio del Titanic, en Halifax, Canadá, con otro centenar de víctimas que en su mayoría pertenecen a tercera clase o a la tripulación y cuyas familias no podían costearse su repatriación.


A la izquierda y al centro, la tumba de Hudson Allison. En ella se mencionan los nombres de Bess y Loraine, que nunca fueron hallados. Se encuentra en el cementerio de Maple Ridge en Chesterville, Ontario, Canadá. La tumba de George Swane, a la derecha, representa su nombre y el número que se le asignó a su cadáver. Fue enterrado en el cementerio de Halifax, Canadá
La madrugada del 15 de abril de 1,912 era muy fría. En el bote 11 los pasajeros esperaban expectantes algún tipo de ayuda o rescate. Mientras Edith Rosenbaum (Russell) ponía en marcha su cerdito musical con la melodía “Maxixe”. Posiblemente esta canción calmara la angustia de los angustiados ocupantes del salvavidas y quizás ayudase a Trevor a dormir. El pequeño nunca volvería a los brazos cariñosos de su madre. 
Gracias al Museo Marítimo Nacional de Inglaterra, que recuperó el cerdito y arregló su mecanismo, esta música ha podido volver a ser oída en la actualidad tal y como sonó esa noche. Podéis oír el sonido original de este cerdito esta en entrada, además de saber más sobre Edith Rosenbaum.

El mayordomo de la sala de fumadores William Witter que también ocupaba un puesto en el bote 11, declaró lo siguiente acerca de la noche que pasaron.

“La moral de la gente en el bote fue extraordinaria durante toda la noche. Todos fuimos animados gentilmente por el esfuerzo de una tal señora Brown que cantaba y bromeaba con cada uno de nosotros. Llevaba con ella un pequeño cerdo de juguete que tenía una melodía que sonaba al girar la cola. Esto nos tranquilizó mucho a todos”.

Este testimonio nombra a Mildred Brown como “la señora Brown” sin embargo ella no era la dueña del cerdito musical por lo que es posible que se trate de una confusión de Witter y en realidad se esté refiriendo a Edith Russell.

Finalmente y tras unas horas de incertidumbre y horror la salvación llegó de manos del Carpathia. El bote 11 se apresuró a su encuentro.
Sue Eva Rule, una pasajera del buque que se encontraba en la cubierta observando el rescate, testificó que Alice Cleaver y Trevor, que estaba en sus brazos, fueron los primeros en subir. El bebé se encontraba arropado cuidadosamente en un abrigo.

A bordo del Carpathia Alice Cleaver y Mildred Brown volvieron a encontrarse con su compañera Sarah Daniels y las tres asimilaron juntas el destino que había corrido el matrimonio Allison, su pequeña hija y el joven chófer, George Swane.

Varios rumores afirman que la única persona a la que Alice Cleaver permitió que sostuviera al bebé fue el que le había ayudado a subir al bote 11, William Faulkner. Posiblemente esto no sea del todo verídico pero sí se puede afirmar que la niñera no se separó de Trevor en ningún momento.

Las noticias sobre el hundimiento eran confusas. Los periódicos publicaban artículos y en varios de ellos se hicieron eco de la historia de los Allison. Se contó que la niñera del matrimonio canadiense había subido al Carpathia entre sollozos con el único supervivientes de la familia, el pequeño Trevor. Probablemente esto sea cierto.

El 18 de abril de 1,912, tras un horrible viaje a bordo del Carpathia, Trevor,  Alice, Mildred y Sarah desembarcaron finalmente en Nueva York. Allí les esperaban varios de los familiares de los Allison que apenas podían creer lo sucedido. La niñera fue perseguida por las cámaras y los periodistas allí acreditados, pero ella salió al paso y dijo llamarse Jean (¿Jane?) para burlarlos.

Trevor, Alice, Mildred y Sarah pasaron la noche en un hotel de Manhattan junto con uno de los hermanos de Hudson, George, al que le contaron todo lo que había ocurrido. A  la mañana siguiente todos partieron a Montreal en tren, un viaje que duró más de 12 largas horas.

El periódico Manitoba Morning Free Press del 20 de abril de 1,912, sacó a la luz la supuesta historia de una inmigrante que había rescatado consigo a una niña. La familia Allison mantuvo la esperanza por encontrar viva a Loraine, pero la noticia resultó ser falsa. Nunca se identificó a la supuesta mujer ni a la niña.

El 21 de abril de 1,912 se celebró el funeral por el matrimonio Allison y su hija Loraine. Se hizo en la Iglesia Metodista de Douglas, Montreal, donde Hudson y Bess habían sido fieles en vida. Durante meses la familia fue recordada con una tela negra y morada que cubría su banco habitual y sobre el que se colocaba un ramo de flores en su memoria.
En la actualidad esta Iglesia aún conserva una pequeña placa en su honor.

Durante meses varios periódicos de la época como el Chicago Daily Tribune o el Milwaukee Journal, se hicieron eco de la historia de esta familia y fue un tema recurrente el hecho de que Bess se hubiese quedado a morir con su esposo, lo que se dio por sentado. En la actualidad se cree que lo hizo por una mezcla de nerviosismo, negación de irse sin Hudson y sobre todo por desconocer dónde estaba su hijo, tal y como hemos expuesto a lo largo de este artículo.

El pequeño Trevor Allison se fue a vivir con su tío paterno George y su esposa Lillian, a quienes se les asignó la custodia del pequeño. Fue tratado como a un hijo. La batita que llevó durante el naufragio fue conservada por sus tíos. Su niñera y salvadora, Alice, se quedó con algunas de las prendas que le puso esa noche y las guardó con cariño durante el resto de su vida.
George y Lillian Allison, quienes se hicieron cargo de la custodia de Trevor
Alice Cleaver también se quedó durante un tiempo en casa del matrimonio, pero pronto volvió a Inglaterra, donde se casó y tuvo dos hijas.
En estos primeros momentos la niñera fue tratada como a una heroína. Diarios como el Montreal Daily Witness, el Milwaukee Journal o el Chicago Daily Tribune, contaban su hazaña y publicaban fotos de ella junto con Trevor. El niño fue el centro de atención de todas las miradas.

Sin embargo a los pocos días salió a la luz un turbio escándalo que aseguraba que en el año 1,909 había dado a luz a un hijo bastardo que posteriormente había asesinado a sangre fría. Se demostró que no había sido ella, si no una tal Mary Alice Cleaver que se encontraba en prisión, sin embargo su reputación nunca volvió a ser la misma. Incluso los grandes historiadores del Titanic, Don Lynch y Ken Marshall publicaron en su prestigioso libro, “El Titanic, una Historia Ilustrada” la falsa historia de la niñera asesina y sus malas intenciones. Este error ha provocado que en la actualidad la figura de Alice Cleaver aún siga estando en entredicho.Desde entonces la historia cuenta que la nanny cogió al pequeño Trevor sin avisar y se subió al bote salvavidas de un modo reprochable. Muchos son los que la acusan de haber sido la causante principal de que Bess, Hudson y Loraine murieran aquella noche. Sin embargo, tras el análisis que acabamos de hacer podemos determinar que no fue así. Un cúmulo de circunstancias llevaron a que el matrimonio y la niña finalmente murieran en el naufragio, pero ninguna de ellas tiene como principal protagonista a Alice Cleaver.

La infancia de Trevor transcurrió tranquila y ajena a la desgracia de sus padres, dentro de sus posibilidades.. Toda la familia procuró que fuese un niño feliz.
Se crió junto a sus primos, Jesse Graham, nacido en 1,903, Eric Franklin, nacido en 1,908, Dorothy Enid, nacida en 1,913 y Marjorie Ruth, nacida en 1,915. Ellos fueron como hermanos para él.
La familia de Trevor lo describía como a un niño muy alegre y bromista al que le encantaba reír y hacer travesuras. Le encantaba pasear por la playa y pasar el tiempo junto a su primo Eric, con quien sólo se llevaba 3 años.

La abuela paterna de Trevor, Pheobe, nunca aceptó la muerte de Hudson y pasó el resto de su vida obsesionada con que su hijo era William Faulkner, el mayordomo que había ayudado a subir a Alice con el bebé.
La mujer murió el 12 de octubre de 1,927. Trevor acudió a su funeral junto a su familia.

Trevor Allison 
En 1,929, con 18 años de edad, Trevor viajó a Massachusetts para visitar a sus abuelos maternos, Arville y Sarah, como hacía muy frecuentemente.
Una noche, tras cenar un sándwich de cerdo mal curado, el joven comenzó a encontrarse mal. Su abuelo insistió en llevarlo a un médico pero Trevor era muy tozudo y se negó, asegurándole que se estaba bien.
Probablemente al día siguiente el chico cogió un tren rumbo a Maine, donde se reencontraría con sus tíos George y Lillian, que estaban veraneando allí con sus hijos. A su llegada, el estado de Trevor empeoró de forma drástica e irremediable y lamentablemente el miércoles 7 de agosto de 1,929, con tan sólo 18 años, el joven falleció.
            
En la actualidad varias teorías apuntan a que Trevor Allison pudo ser asesinado por alguien cercano a la familia, con la intención de poder así cobrar la herencia millonaria que sus fallecidos padres le habían dejado. Es una hipótesis que aunque algo inverosímil, no ha sido descartada. En mi opinión personal la muerte del joven fue, simplemente, un terrible accidente. Los más interesados en que el chico muriese serían sus padres adoptivos y dueños de su custodia, sin embargo el envenenamiento se produjo en casa de sus abuelos maternos, por lo que no tendría mucho sentido.

El periódico The Portland Press Herald publicó la triste noticia.
La muerte de Trevor fue un durísimo golpe para toda la familia, que no podían creer lo sucedido. El cuerpo del joven fue trasladado a Chesterville, Ontario, donde fue enterrado junto a su padre en el cementerio de Maple Ridge. La causa oficial de su muerte es intoxicación por ptomaina o tomaina. Esto es un compuesto orgánico nitrogenado que se forma por la acción de las bacterias que producen la putrefacción de los alimentos. Era relativamente frecuente en la época.

Helen Kramer, la supuesta Loraine Allison
A pesar de que ya los cuatro miembros de la familia habían fallecido, la historia de los Allison no acaba aquí. Años después de la tragedia la leyenda sobre que Loraine Allison había sobrevivido comenzó a fraguarse. El 4 de septiembre de 1,940 el periódico local Milwaukee Journal y el Chicago tribune, se hicieron eco de las primeras noticas. Una mujer llamada Helen Kramer, la esposa de un tal Mr. Laurent, aseguraba ser Loraine Allison. Fue a declarar al Departamento de Justicia de EE.UU. que esa era su verdadera identidad. Su historia, a día de hoy, sigue dando mucho de qué hablar. Esta mujer afirmaba que un “Mr. Hyde” la había subido a un bote salvavidas junto a él. Tras mirar la lista oficial de pasajeros y de tripulación y corroborar que no existe ningún “Mr. Hyde” su historia se pone en entredicho. Se puso en contacto con varios familiares de sus supuestos padres, entre ellos las hermanas de Bess, que negaron su identidad fervientemente y rogaron que no se le diese publicidad, ya que, aseguraban, el único propósito de la presunta impostora no era otro que cobrar la herencia que había dejado el matrimonio. También consiguió contactar con los familiares de Hudson, que aunque no dieron veracidad al asunto, no lo descartaron del todo.
Helen Kramer se pasó el resto de su vida luchando por demostrar su historia. Las descendientes de la señora Kramer son firmes defensores de su versión. Debrina Woods, su bisnieta, ha abierto varias páginas web contando sus teorías y reclamando para Loraine que sea reconocida legalmente como Allison. Esta teoríaen la actualidad sigue teniendo varios seguidores y aún ha dado un giro más inesperado e increíble. Según estas personas Loraine Kramer fue rescatada en realidad por ni más ni menos que Thomas Andrews, el constructor del barco y que fue oficialmente fallecido en la tragedia.

La teoría es que Andrews rescató a la niña y subió en un bote en el último momento. Tras estar ya en Nueva York se cambió la identidad y se refugió en el apellido Hyde para ocultar la verdad. Se encargó de la niña y ambos se trasladaron a una casa en el medio oeste americano. Tras fallecer escribió una carta donde lo confesaba todo. De esta carta, por supuesto, no se sabe absolutamente nada y a pesar de que supuestamente en el libro Women and children First de Judith Geller se la menciona, esto no es cierto. Según esta señora, los diarios originales de Andrews-Hyde se quemaron en un terrible y desgraciado incendio. 


En el año 2,012 se les concedió por fin las ansiadas pruebas de ADN mitocondrial. El prestigioso laboratorio ADN Center Diagnostics una instalación acreditada por la Sociedad Americana de Laboratorios de Delitos, se hizo cargo de ellas. Un año después, nada se sabía aún de los resultados de las mismas. Debrina Woods afirmaba que había problemas legales para que saliesen a la luz. En diciembre de 2,013 por fin se supo la verdad. Las pruebas realizadas con el ADN mitocondrial de Kramer y un descendiente de los Allison, no tenía absolutamente ninguna coincidencia genética con la familia Allison, demostrando tras años de indagaciones y absurdas historias, que Loraine Kramer era una impostora. Podemos afirmar con total rotundidad que la pequeña Loraine Allison murió en el Titanic, junto a sus padres.

    
La familia Allison ha sido punto de discusión numerosas veces para los historiadores del Titanic y muchas obras y películas los mencionan.

En la mini serie de 1.996 “Titanic”,  protagonizada por Peter Gallagher y Catherine Zeta Jones, aparecen Hudson (Kevin Conway), Bess (Harley Jane Kozak), Loraine (Devon Hohuluk), Trevor y Alice Cleaver (Felicity Waterman). En ella Alice es una asesina que en un ataque de pánico se lleva al bebé provocando la muerte de sus padres y Loraine.  

Los actores de la miniserie "Titanic" de 1,996. Arriba a la izquierda Hudson Allison (Kevin Conway), arriba a la derecha Bess y Trevor Allison (Harley Jane Kozak). Abajo a la izquierda Loraine Allison (Devon Hohuluk) y abajo a la derecha Alice Cleaver (Felicity Waterman)

Esto, sumado al garrafal error cometido por Don Lynch y Ken Marshall en el libro El Titanic, una Historia Ilustrada, ya fue demasiado para la familia y finalmente una de sus hijas publicó un libro bajo el pseudónimo de Dinah Burnett llamado From the Workhouse, to prison, to….the titanic? (Del asilo, a la prisión al… ¿Titanic?). En él, defiende a ultranza a su madre y demuestra que hasta los más expertos en el tema se equivocaron con ella. Sin embargo no lo hace de forma agradable y llega incluso a insultar a los que difamaron la imagen de su madre.

En 2,012 en la mini serie Titanic, la familia también es mencionada, aunque sólo aparecen en ella Bess (Olivia Darnley), los niños y Alice (Izabella Urbanowicz).

¿Qué es lo que pasó en realidad para que sólo sobreviviese el pequeño Trevor y la niñera?, ¿qué hay de cierto en las declaraciones de Alice, mintió para limpiar su imagen, dijo toda la verdad? Todo lo aquí expuesto son teorías basadas en los datos reales y los testimonios de los supervivientes relacionados con el enigma de los Allison, argumentadas y documentadas. Son conjeturas objetivas que intentan en la medida de lo posible buscar la lógica a este asunto, pero sobre todo procuran acercarse a la verdad.
Aún quedan muchas incógnitas y contradicciones sin resolver con respecto a esta familia y su historia, y desgraciadamente es muy probable que jamás podamos afirmar nada con rotundidad al respecto.                      
Aquí están los datos, que cada persona saque sus propias conclusiones.

En memoria de Hudson, Bess, Loraine y George.



[Irene Hernández Rodríguez]

11 comentarios:

  1. Ya se hicieron los estudios de ADN Mitocondrial correspondites que fue lo que tanto pidio, en la historia ha habido gran cantidad, de personas FARSANTES que han anunciado ser los originales, o hijos perdidos, con el fin de lograr fama. y ahora con la tecnologia que bueno, que ya se puede comprobar.

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    1. El caso más conocido que tenemos es el de Anna Anderson, que durante años también aseguró ser la Gran Duquesa Anastasia Romanov. También en esta ocasión el ADN se encargó de desmentirlo.
      La historia de Helen Kramer siempre me ha parecido muy increíble y nunca le di ninguna veracidad, aunque es cierto que hasta que no salieron los resultados de la prueba no se ha podido demostrar al 100%. Lo que está claro es que Loraine Allison murió en el Titanic la noche del 14 al 15 de abril de 1,912 y que su historia nos ha tenido en vilo a muchísimos amantes de este buque. Gracias por leernos y gracias por tu comentario.

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  2. ¡Vaya trabajo has hecho, Irene! Me ha encantado y no la sabía. Por cierto, me ha dejado helado escuchar la melodía del cerdito músical de Edith Russell que sonó esa fría noche en el bote salvavidas.

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  4. De verdad que me ha fascinado leer esta historia tan dramática de como esta familia no se pudo salvar. Amo las historias que esconde cada personaje que se fue on el Titanic. Btw, al igual que el Luisma me trasporte a lo que pudo sentir las personas que escucharon la melodia del cerdito.

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  5. De verdad que me ha fascinado leer esta historia tan dramática de como esta familia no se pudo salvar. Amo las historias que esconde cada personaje que se fue on el Titanic. Btw, al igual que el Luisma me trasporte a lo que pudo sentir las personas que escucharon la melodia del cerdito.

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    1. Me alegra Lysa que te haya gustado. Ha sido un trabajo largo y tedioso, pero si con ello consigo que alguien disfrute con su lectura y que recuerden a estas personas, me doy por muy satisfecha. Gracias por comentar.

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  6. Interesante historia, quizás todos hablemos de como podríamos actuar ante esa situación de estar en un barco que se hunde lo cierto es que no todos reaccionamos de la misma manera algunos serán mas fríos y a otros les agarra la histeria.

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  7. no me di cuenta de esta historia me encanta su historia vi su película una vez la mini serie 1996 busque la informacion si era verdad lo que ocurrio es verdad me encanta su historia la pena que trevol moriera envenedado loaire no se pudo salvar igual que su padres una pena muy grande por cierto la otra serie de los 100 años del titanic salen ah completo pero no tiene mucho protoganismo que la 1996 espero que el cielo donde esten los cuatros esten juntos

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  8. Que película sale aparte de la serie 1996 2012

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  9. Hola, Irene. Muy buena la historia. No lo sabia. Me encanta leer historias asi de la vida real. Aunque esta fue muy triste.

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