¡Bienvenidos a bordo!

Viaja un siglo atrás y adéntrate en el Buque de los Sueños. En su interior, las vidas y las historias de las 2,208 personas que depositaron sus ilusiones, sus esperanzas y sus anhelos en él. Conoce de su propia mano esta travesía que ya es eterna, conoce la Verdadera Historia del Titanic.


miércoles, 14 de abril de 2021

La pesadilla del plegable A

Han pasado 109 años desde que el Titanic se hundiera la madrugada del 14 al 15 de abril de 1.912. Sin embargo, en la actualidad, seguimos enfrascados en su historia, en su tragedia, en todas esas vivencias humanas que continúan conmoviéndonos y haciéndonos preguntarnos, ¿cómo hubiera reaccionado yo? Hoy, pondremos el foco en la lucha encarnizada por la supervivencia que se mantuvo en el plegable A. Uno de tantos sucesos que se dieron ésa noche, pero, sin lugar a dudas, de los más crudos e instintivos. Ya no existen clases ni posición social. Ahora se trata sencillamente de sobrevivir. Adentrémonos y regresemos al Titanic.


------------------------------------------------------------------------------

 

Han pasado más de dos horas desde que el Titanic ha chocado con un iceberg. Le ha provocado una herida mortal que ya resulta evidente. Sólo quedan unos minutos y, aquellos que aún continúan en el barco, son plenamente conscientes de ello. El buque está a punto de sucumbir en el Atlántico Norte. Sus aguas, están a una temperatura de dos grados sobre cero. Aún quedan dos pequeños botes plegables por sacar. Son el A y el B, ambos con capacidad para unas 45 o 50 personas. Los dos están ubicados sobre las estancias de los oficiales.


Círculo rojo. Ubicación de los botes plegables A y B. Se encuentran encima de las estancias de los oficiales
(Fotografía: Wikipedia)


Apenas queda tiempo. El Jefe de Oficiales Henry Tingle Wilde (39 años), el Primer Oficial, William Murdoch (39 años), el Segundo Oficial, Charles Ligtholler (38 años) y el Sexto Oficial, James Paul Moody (24 años), lo saben. Es ahora o nunca. Tienen que desatar los plegables e intentar poner a salvo a todos los que puedan. La situación ya es totalmente desesperada y todos ellos llevan sus armas con disposición de utilizarlas si es necesario. Varias personas se unen a la causa. Con navajas, cuchillos y todo aquello que pueda ayudar a liberar los botes. Con remos, crean una especie de rampa para bajar los plegables, sin embargo, ya sumidos en el absoluto caos, el plegable B queda flotando boca abajo y el A, sin haber podido ser montado correctamente, está semi inundado. Más de 1.500 personas siguen aún en el ya moribundo Titanic. Algunos intentan llegar al plegable B. 25 personas conseguirán asirse a él precariamente y ser rescatados posteriormente. Entre ellos, el Segundo Oficial Charles Lightoller. Wilde, Murdoch y Moody, los tres que dirigieron el intento de sacar el plegable A en condiciones óptimas, murieron esa noche.

De izquierda a derecha
Henry Tingle Wilde, Jefe de Oficiales (Fotografía: https://www.williammurdoch.net/)
William McMaster Murdoch, Primer Oficial (Fotografía: https://www.encyclopedia-titanica.org/)
Charles Herbert Lightoller, Segundo Oficial (Fotografía: Wikipedia)
James Paul Moody, Sexto Oficial (Fotografía: Wikipedia)


Edward Brown (34 años), mayordomo de primera clase, apenas puede entender el curso de los acontecimientos. Su turno ya había finalizado cuando el Titanic colisiona con el iceberg. Estaba descansado en su camarote cuando ha ocurrido el accidente. Se ha vestido veloz y se ha dirigido a ayudar en las tareas de evacuación. No ha parado ni un momento desde entonces. Ha sido uno de los miembros de la tripulación que han desatado el plegable A. Edward sabe que todo está llegando a su fin. El Capitán Smith, según su declaración posterior, había pasado hacía unos minutos, megáfono en mano, diciendo “Muchachos, hagan todo lo posible por las mujeres y los niños. Cuídense”. Después, se dirigió hacia el puente, donde presumiblemente se quedó hasta el final. Él sabe que hay mujeres y niños pequeños en la zona, pero ya no hay tiempo. Ahora tiene que mantenerse en el plegable A como sea. 

Edward Brown, Mayordomo de Primera clase
(Fotografía:https://www.encyclopedia-titanica.org/)

El agua ya ha llegado a la zona y el pequeño bote empieza a flotar entre una multitud de personas que, bajo la absoluta desesperación, intentan aferrarse a él. Allí se encuentran varios pasajeros de tercera clase que, tras una carrera contrarreloj para acceder a la cubierta, han conseguido llegar, pero ya es demasiado tarde. No hay botes. August Wennerström (27 años) y Carl Olof Jansson (21 años), ambos suecos y de tercera clase, que también han colaborado en liberar el plegable A, están en la zona con varios compatriotas. Alma Palsson (29 años) y sus cuatro hijos, Torborg (8 años), Paul (6 años), Stina (3 años) y Gösta (2 años), Gerda Dhalberg (22 años) y el matrimonio Lindell, Edvard (36 años) y Gerda (30 años). Alma está muy nerviosa. Ha tardado demasiado en despertar y vestir a sus pequeños. El panorama que tienen es muy complicado y lo sabe. Todos son conscientes de que, llegados a este punto, lo más sensato es tirarse al agua e intentar llegar al bote. Alma mira a sus niños y agarra fuerte a dos de ellos. Le pide a Wennerström que le ayude con los otros dos. Él accede. El resto del grupo hace lo propio. Posiblemente, antes de saltar, cruzarían miradas cargadas de miedo, pero, también, de esperanza.

 

De izquierda a derecha
Alma Palsson (Fotografía: https://www.encyclopedia-titanica.org/)
Torborg Danira Palsson (Fotografía: http://fam-nilsson.eu/blogg/)
Paul Folke Palsson (Fotografía: http://fam-nilsson.eu/blogg/)
Stina Viola Palsson (Fotografía: https://www.encyclopedia-titanica.org/)
Gösta Leonard Palsson (Fotografía: https://www.encyclopedia-titanica.org/)

Thomson Beattie (36 años) y Thomas McCaffry (46 años), ambos canadienses y pasajeros de primera clase, también comprenden que su única oportunidad de salir con vida de allí, es conseguir subirse a ese bote. Llevan siendo inseparables desde que se conocieron en el año 1.987 en Winnipeg. Todos aquellos que los conocen, lo saben. Allí donde esté Beattie estará McCaffry. Podemos imaginar el momento. Los dos se mirarían sabiendo, perfectamente, que lo tenían muy difícil. Tenían que intentarlo y así lo hicieron. Probablemente se cogieron de la mano y, juntos, como siempre, se lanzarían a sobrevivir.

Thomson Beattie (Fotografía: https://www.encyclopedia-titanica.org/)
Thomas McCaffry (Fotografía: https://titanic.fandom.com/)

Rhoda Abbott (39 años) y sus dos hijos, Rossmore (16 años) y Eugene (14 años), los tres pasajeros de tercera clase, acaban por llegar a la misma conclusión que el resto. La cubierta está ya inundándose y no hay muchas más opciones. Rhoda es una mujer independiente que se había hecho a sí misma. Hacía un año, harta de todo lo que implicaba su matrimonio, había conseguido el divorcio y se había mudado a su tierra natal, Inglaterra, con sus dos hijos. Ella mantenía a su familia como costurera y estaba muy orgullosa de ello. Sin embargo, los jóvenes pronto echaron de menos Rhode Island, donde se habían criado y Rhoda, para quien lo primero siempre era el bienestar de sus hijos, había accedido a volver a EE.UU. Ahora el único objetivo era ese. Regresar a casa. Todo el mundo que está alrededor, se estaba lanzando ya al mar con el mismo propósito, llegar al plegable A. La mujer y los dos chicos hicieron lo propio.

De izquierda a derecha
Abajo, izquierda, Eugene Joseph Abbott
Centro, Rossmore Edward Abbott
Derecha, Rhoda Abbott
(Fotografía: https://titanic.fandom.com/)

Charles Williams (51 años) y Richard Norris Williams (21 años), padre e hijo, ambos pasajeros de primera clase, también lo ven claro. Poco después de la colisión, sin tener ni la más remota idea de que el buque estaba condenado, habían acudido al bar para tomarse una copa y se lo habían encontrado cerrado. Qué absurdo y lejano parecía ahora ése enfado. La cubierta de botes estaba ya inundada y era hora de saltar. Lo hicieron juntos, pero el naufragio ya era inminente y todo estaba colapsando. Una de las chimeneas se desploma. Richard contempla horrorizado cómo cae sobre su padre y otros pasajeros que estaban nadando. La ola que la caída causa, hace que Williams acabe sumergido.

 “No estuve mucho tiempo bajo el agua y, tan pronto como llegué a la superficie, me quité el abrigo de piel. A unos veinte metros de distancia, vi algo flotando. Era el bote plegable A. Me aferré a él y, al cabo de un rato, conseguí subirme a bordo. El agua nos llegaba a la cintura. Una treintena de personas se asían a él con desesperación”.

 Ahora Williams no tiene tiempo para lamentos. Ha perdido a su padre sí, pero esto es una carrera por sobrevivir.


Charles Duane Williams
Richard Norris Williams
(Fotografías: https://www.encyclopedia-titanica.org/)


El plegable A, resulta una de las pocas bazas que tienen todos aquellos que ya se han lanzado al mar. El Titanic está a punto de ser engullido por las aguas del Atlántico norte. Edward Brown, mayordomo de primera clase, contempla la lucha que se ha desatado por obtener una plaza en el bote. Puede ver a las mujeres que esperaban en la cubierta hace unos escasos minutos. Ha conseguido mantenerse en el bote durante un tiempo, pero el oleaje que causa la caída de la chimenea, hace que finalmente vuelva al agua. Apenas le quedan energías para nadar y su chaleco salvavidas le ayuda a mantenerse a flote. Según su declaración, un remolino de agua provocado por la succión que causa el hundimiento, hace que vuelva a estar cercano al bote. Desde el agua, puede ver cómo las luces del Titanic están encendidas prácticamente hasta el último momento. También, es una de las pocas personas que aseguraron ver al buque partirse en dos. Finalmente, logra volver a subir al bote y, ya en él, ayuda a subir a una mujer. Ella es Rhoda Abbott.

 

Rhoda lo ha conseguido. Como es habitual en ella, pocas cosas se le ponen por delante. Su coraje consigue llevarla hasta el plegable A. Sin embargo, sus dos hijos, Rossmore y Eugene se han perdido entre la gente. Horrorizada mira a su alrededor. No están. Ya no puede verlos. Nunca más volverá a hacerlo. Durante el resto de su vida, jamás se perdonaría haber sobrevivido a la tragedia y sería una losa que llevaría hasta su muerte.

 

Thomas McCaffry y Thomson Beattie ya están al límite de sus fuerzas. McCaffry no puede más y se pierde entre la gente. Thomson, sí consigue llegar al plegable A, pero, absolutamente agotado y derrotado por perder al que era su incansable compañero de aventuras, deja de luchar.

Thomson Beattie
(Fotografía: https://www.encyclopedia-titanica.org/)

Jansson y Wennerström nadan incansables y juntos hasta llegar al plegable A. Tras saltar al mar, han perdido la pista de Alma Palsson y sus hijos. No han podido mantenerlos agarrados. La mujer y sus cuatro niños, fallecerían en la tragedia. Mientras están en el agua, August Wennerström observa cómo la joven Gerda Dhalberg también se rinde a la hipotermia.

 

“Había llantos por todas partes. La gente rezaba y rezaba. Algunos murieron rápidamente, otros pelearon duramente contra el frío, pero también sucumbieron”.

Gerda Ulrika Dhalberg
(Fotografía: https://www.encyclopedia-titanica.org/)

Edvard y Gerda, el matrimonio Lindell, ha conseguido, también, llegar al bote. Edvard Lindell, Carl Olof Jannson y August Wennerström, finalmente, logran subir. Gerda no puede hacerlo. Se queda aferrada al borde de la pequeña embarcación donde los tres hombres intentan subirla desesperadamente. Mientras agarraba su mano, ya al límite de sus fuerzas, August comprendió que la mujer ha muerto. Cuando la soltó la mano, con él, se llevaría su anillo de bodas. August describió así lo sucedido a continuación.


 “En menos de 30 minutos Edvard pareció envejecer. Se había dado cuenta de que su amada Gerda se había ido para siempre…”


Edvard Lindell fallecería poco después. Para evitar que el barco pudiera inundarse más, el resto, iba lanzando al mar a aquellos que iban muriendo. Edvard fue uno de ellos. Si quieres saber más sobre la historia de los Lindell, pulsa aquí.

Edvard y Gerda Lindell
(Fotografía: Titanic Exhibition)

Carl Olof Jansson describiría así, su estancia en el bote.

“…Hicimos un gran esfuerzo por seguir a flote. Estábamos atrapados, no sabíamos cuánto tiempo tendríamos que seguir allí, mojados y congelados. Apreciábamos nuestra vida. El agua estaba repleta de personas y trozos de hielo.

Antes de ser salvados estuvimos horas de lucha salvaje en una tremenda oscuridad. Los gritos y lamentos del resto de hombres se clavaban hasta la médula. Los gemidos se prolongaron durante horas.

Al final sólo quedamos 11 personas con vida, 4 murieron después de las primeras horas…”

Carl Olof Jansson
August Wennerström
(Fotografías: https://www.encyclopedia-titanica.org/)


El Quinto Oficial, Harold Lowe (29 años), que capitaneaba el bote 14 y remolcaba al plegable D, rescató a los 13 supervivientes del plegable A, entre los que se encuentran, Edward Brown, August Wennerström, Carl Olof Jansson, Richard Norris Williams y Rhoda Abbott, la única mujer que consiguió sobrevivir en él. Todos ellos son transferidos a los botes y se decide dejar al plegable A a la deriva, con tres cuerpos en su interior. A lo largo de la noche, habían sucumbido al frío y ya no había fuerzas para echarlos al mar. Dos de los cadáveres, que pertenecían a miembros de la tripulación, no fueron identificados. El otro, era el del pasajero de primera clase, Thomson Beattie.

 

Plegable A tras ser hallado, en mayo de 1.912, un mes de la tragedia del Titanic, por el Oceanic
(Fotografía: https://titanic.fandom.com/)

A pesar de que sus manos se habían hinchado mucho, Edward Brown se ofrecería a remar ya a bordo del bote 14. Su familia cree que, debido a las secuelas provocadas por la hipotermia sufrida en el naufragio del Titanic, su salud no volvió a ser la misma y falleció 14 años después, con 48 años.


Edward Brown en 1.920
(Fotografía: https://www.encyclopedia-titanica.org/)

 El Carpathia llegaría de madrugada a rescatar a las 712 personas supervivientes de la tragedia. Carl Olof Jansson declaró lo siguiente respecto a este momento.

 

 “…El cómo llegamos a bordo del Carpathia apenas lo recuerdo. Sé que nos lanzaron cuerdas con una soga que nos rodeaba para que pudiésemos subir…”


R.M.S. Carpathia, el buque que rescató a los supervivientes del Titanic
(Fotografía: Wikipedia)

En el Carpathia, una pasajera de tercera clase, Amy Stanley (24 años), se encontró con Rhoda Abbott.

 

“Rhoda y yo habíamos estado muy unidas. Su camarote y el mío estaban cercanos. Era la única con quien podía hablar de sus hijos, puesto que yo los conocía. Me dijo que podrían haberse puesto a salvo si no hubiese habido tanta gente. Ella y sus hijos se mantuvieron juntos. Estaba agradecida de que se hubieran quedado con ella en ése momento. Primero perdió de vista al más pequeño, después al mayor. Estaba entumecida por el frío y apenas podía recordar cuándo subió al Carpathia. Había un trozo de corcho en su cabello. Me las arreglé para conseguir un peine y, aunque nos llevó mucho tiempo, conseguimos quitárselo”.

Rhoda Abbott 
(Fotografía: https://www.encyclopedia-titanica.org/)


 Richard Norris Williams, que había perdido a su padre ante sus ojos, se enfrentaba ahora a otra dura noticia. Debido al tremendo frío, los médicos recomendaban amputar sus piernas. Él se negaría, casi suplicando que no lo hicieran. Su cabezonería daría sus frutos. Conseguiría volver a caminar en el mismo trayecto del Carpathia y, tras un duro trabajo, consiguió volver a tener total movilidad en sus articulaciones y regresar a la que era su gran pasión, el tenis, consiguiendo varios logros en este deporte y siendo una gran figura, sobretodo, en dobles, llegando a ganar cuatro veces la Copa Davis, Wimbledon y en 1.924, un oro en los Juegos Olímpicos. Williams declaró lo siguiente.

 “Cuando el bote del Oficial Lowe nos recogió, once de nosotros aún estábamos vivos. Todos los demás, habían muerto de frío. Mi abrigo de piel fue encontrado en ése bote por el R.M.S. Oceanic y también, un bastón con las iniciales C.Williams. Esto hizo que se creyera que el cuerpo de mi padre estuviera en plegable A, pero, como ven, no es así. Realmente no sé cómo llegó hasta allí”.

Richard Norris Williams
(Fotografía: https://www.tennisfame.com/)

Como tributo al Titanic, Williams y Karl Behr, otro superviviente de la tragedia y también tenista, ofrecieron juntos en 1.914, dos años después del hundimiento, un partido de exposición en del que Williams salió victorioso.

Richard Norris Williams (izquierda) y Karl Behr. Tenistas y supervivientes del Titanic
(Fotografía: https://www.encyclopedia-titanica.org/)

El 13 de mayo de 1.912, un buque también de la White Star Line, el Oceanic, se encontraría con el plegable A en una de sus rutas. En su interior hallarían tres cadáveres, uno de ellos identificado como Thomson Beattie, pasajero de primera clase. Todos ellos serían enterrados en el mar, tras una breve, pero formal ceremonia. 

R.M.S. Oceanic
(Fotografía: Wikipedia)

También se encontraría el anillo de Gerda Lindell, que tras la muerte de su propietaria narraba su historia. Esta joya es uno de los objetos más aclamados por los amantes del Titanic y en la actualidad se encuentra expuesto en Titanic Exhibition, una exposición itinerante que recorre varios países de Europa y América Latina.

Anillo de Gerda Lindell
(Fotografía: Titanic Exhibition)

El anillo de Gerda Lindell casi puede gritarte lo que vivió ésa noche en el plegable A. Hoy, 109 años después, queremos volver a recordar a esas 1.496 personas que la tragedia del Titanic se llevó consigo, convirtiéndose, en ése mismo momento, en el alma de su leyenda.

 

 

Dedicado a Claudio Ariel Eberhardt, quien, seguro, hoy estaría disfrutando del aniversario del Titanic con tanto amor como nosotros

 

[Irene Hernández Rodríguez]

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por esta historia, es muy interesante. Los que sobrevivieron a bordo de los plegables A y B pasaron una noche muy dura

    ResponderEliminar

Deja aquí tu comentario. Te responderemos lo antes posible. Para un contacto más directo déjanos tu e-mail. Muchas gracias.